El otro día iba yo andando con mis hijas por la calle. La
pequeña es una kamikaze en potencia, así que ni corta ni perezosa se lanzó a
intentar cruzar la carretera por sus propios medios, así que se lo impedí in
extremis con un “no” rotundo, al mismo tiempo que la sujetaba. Hasta aquí bien,
típica escena de madre con hijos pequeños.
Según me incorporo y sigo
explicándole que no puede cruzar sola la carretera veo una sombra que se acerca
rauda y veloz y le suelta: “eso no se hace, no se hace no no no” La sombra en
cuestión era una señora de mediana edad, que pensaba que tenía que reconducir a
mi hija de alguna manera. Yo entiendo que a veces los niños despiertan el
instinto protector de las personas mayores y me vuelvo un poco rígida pero
sonriente: “Señora, no se preocupe, que ya está aquí su madre para decírselo”.
Cualquiera pensaría que con esto la buena mujer se ha dado
por enterada ¿no? Pues no. Seguimos andando y la oigo: “Eso no se hace, eres
muy mala”. Hasta aquí han llegado mis buenas formas. “No señora de mala nada,
es MUY buena. Y eso no se le dice a ningún niño”. Mi mirada no admitía réplica.
Según nos íbamos alejando, mi hija pequeña iba repitiendo
“no, X no mala, no”. Y mi mayor me miró muy seria y me dijo “Mamá, si alguien
nos llama malas, no le haremos ni caso”.
Y esto me hace pensar en varias cosas.
Primera. Qué manía tiene la gente en meterse donde no le
llaman, oye. Me imagino la escena al revés: señora de mediana edad cruzando en
rojo un semáforo y yo por detrás diciéndole “Eh señora, eso no se hace no no no
no”. A ver qué cara ponía la susodicha. Como mínimo se quedaría sorprendida,
eso si no me tomaba por loca directamente. Y seguro que no se quedaba impasible
ni me daba las gracias por avisar.
Segunda. Qué manía (otra vez!) tiene la gente de poner etiquetas a la
primera de cambio. Volvemos a lo mismo, si yo veo a una persona adulta
discutiendo con otra, o cruzando en rojo, o cualquier escena semejante… ¿me
acercaría a decirle “es usted muy mala”? ¿Es mala por cruzar en rojo? ¿Es mala
por discutir con alguien? En definitiva ¿por qué carajo la gente tiene que
decirles a los niños que son malos?
Las etiquetas son malas siempre (ups!). En adultos y en
niños, porque nos predisponen contra las personas. Pero es que en el caso de
los peques, ellos se ven a sí mismos a través de nosotros. Si les miramos con
cariño, sienten que son merecedores de cariño. Si les miramos enfadados,
piensan que han hecho algo para merecerlo. Si les decimos malos, estamos
haciéndoles creer que son malos. Probad a decirle muchas veces a un niño lo
bueno, encantador, simpático que es. Veréis como se ilumina.
Tercera. Digan lo que digan los demás, ellos se ven
especialmente a través de nuestros ojos, los de sus padres. Da igual lo que el
resto del mundo diga, necesitan saber que nosotros creemos en ellos, que
estamos ahí para defenderles cuando ellos no puedan. Y para hacerles ver lo
maravillosos que son.
Lo importante no es tanto lo que se van a encontrar en la
vida, sino las herramientas que les vamos a dar para lidiar con ello.
Me apunto la frase... yo pienso como tú pero a veces no sé reaccionar a tiempo en el momento... Me ha gustado mucho la entrada!
ResponderEliminarGracias guapa! no te creas que yo muchas veces pienso en "retrospectivo" también, pero cuando nos sale así de dentro.. me encanta! :)
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